miércoles, 25 de abril de 2012

BIENVENIDOS A TODAS LAS PERSONAS DE FUENTES DE ANDALUCÍA


SUICIDA

El siguiente texto es un cuento que trata sobre un hombre que intenta matarse por todos los medios pero no lo logra. Me gusta porque cuenta como un hombre creyente intenta suicidarse cuando en la religión cristiana católica apostólica es pecado.

Al pie de la Biblia abierta -donde estaba señalado en rojo el versículo que lo explicaría todo- alineó las cartas: a su mujer, al juez, a los amigos. Después bebió el veneno y se acostó.

Nada. A la hora se levantó y miró el frasco. Sí, era el veneno.

¡Estaba tan seguro! Recargó la dosis y bebió otro vaso. Se acostó de nuevo. Otra hora. No moría. Entonces disparó su revolver contra la sien. ¿Qué broma era ésa? Alguien -¿pero quién, cuándo?- alguien le había cambiado el veneno por agua, las balas por cartuchos de fogueo. Disparó contra la sien las otras cuatro balas. Inútil. Cerró la Biblia, recogió las cartas y salió del cuarto en momentos en que el dueño del hotel, mucamos y curiosos acudían alarmados por el estruendo de los cinco estampidos.

Al llegar a su casa se encontró con su mujer envenenada y con sus cinco hijos en el suelo, cada uno con un balazo en la sien.

Tomó el cuchillo de la cocina, se desnudó el vientre y se fue dando cuchilladas. La hoja se hundía en las carnes blandas y luego salía limpia como del agua. Las carnes recobraban su lisitud como el agua después que le pescan el pez.

Se derramó nafta en la ropa y los fósforos se apagaban chirriando.

Corrió hacia el balcón y antes de tirarse pudo ver en la calle el tendal de hombres y mujeres desangrándose por los vientres acuchillados, entre las llamas de la ciudad incendiada.

lunes, 16 de abril de 2012

EL FIN DEL MUNDO

Aquí os dejo un texto acerca del fin del mundo, de lo que puede llegar a hacer la gente por simples habladurías o leyendas sin pies ni cabeza. Aporta datos increibles de gente que no creía capaz de hacer semejantes locuras: 


Siempre existieron teorìas apocalìpticas con poco fundamento, pero a medida que la ciencia fue avanzando aumentò la credibilidad de los cientìficos, estos señores que tanto habìan estudiado y analizado pasaron a ser creibles, aùn cuando sus teorìas fueran por demàs descabelladas.


Asì las cosas, todo parecìa indicar que el 18 de mayo de 1910 serìa el fìn del mundo, habìa prestigiosos astrònomos, fìsicos, quìmicos, matemàticos, y otros especialistas que fundamentaban muy bien sus teorìas con càlculos muy precisos, y en muchos casos, coincidentes.


El culpable era el cometa Halley, que segùn algunos chocarìa con la tierra, mientras que otros decìan que su cola pasarìa muy cerca y arruinarìa nuestra atmòsfera tornando el aire irrespirable.


Hubo de todo, suicidios, asesinatos, los confesionarios no daban abasto, quiebras comerciales, gente que dilapido su fortuna, personas que dejaron de trabajar bastante tiempo antes para pasar lo que creìan les quedaba de vida con los suyos, infidelidades, festejantes que apuraron los tràmites y pidieron la "prueba de amor" a mujeres que entregaron su virgindad para no irse de este mundo en esas condiciones (*), como tambien fastuosas fiestas en las terrazas del Alvear o el Majestic donde muchos querìan esperar al cometa asesino rodeados de sus amigos y con abundante champagne.


El primer suicidio del año, que conmoviò a la pacata opiniòn pùblica de entonces, fue el de Elvira Bernàrdez, quien accediò a dar la prueba de amor, pero como el festejante despuès no quiso saber nada, se suicidò de la manera mas cruel y dolorosa, disolviò las cabezas del contenido de dos cajas de fòsforos Victoria en un vaso de agua, deja una carta explicando que ademàs de su desengaño amoroso, solo anticipaba su fin unos meses, ya que de todas maneras era inevitable. Lo hizo el 4 de enero de ese año siendo la primera suicida por causas del cometa. Los suicidios en Argentina entre el 1º de enero y el 18 de mayo por causa del "coludo" como lo llamaban, superaron los doscientos, incluso hubo varios casos de parejas o matrimonios que lo hicieron juntos como lo hicieran los esposos Coppini, ella Magdanela, sufrìa problemas respiratorios y pensaron que el fìn serìa dolorosìsimo, y para hacerlo menos traumàtico, lo adelantaron con un ràpido balazo para cada uno. En pleno apogeo de la"belle epoque" la actrìz dramàtica mas conocida era Ida Saivini, quien tenìa su propia companìa teatral, una de sus jòvenes actrices, Adelina Tempone, se suicida dos dìas depuès del estreno de una exitosa obra, con una dòsis de laùdano, en el hotel donde vivìa en la calle Victoria, deja una larga carta de despedida, que fue publicada integramente por la revista Candilejas Teatrales, diciendo que prefiere morir por su propia decisiòn antes que el aire se vuelva irrespirable.


Un crimen famoso fue el que cometiò un señor italiano, Angelo Botto, en el mes de marzo, matò a puñaladas a Manuel Agrelo, quien habìa seducido a una de sus hijas, y en su declaraciòn judicial dice textualmente "que la fanciulla non era cativa, si no solamente un poco stronza y que con eso de la finale dil mondo, il mascalzone di Agrelo habìa abusado di la poveretta."


Un tal Domingo Barisane, que podrìa ser un pseudònimo, ya que nunca nadie supo realmente quien fue, comenzò a editar un extrañìsimo folletìn al que titulò La Fin del Mundo (sic), se vendìa a 10 Ctvs. cada nùmero y alcanzò una enorme repercusiòn. Hacìa los vaticinios mas exagerados y extravagantes, entre ellos que anunciando la llegada del cometa lloverìan sapos y culebras, y que serìa un castigo divino para terminar con los capitalistas explotadores y con quienes cobardemente se dejaron explotar, para asì dar comienzo a una nueva sociedad. Apelando a una prosa entre mìstica, àcrata y absolutamente delirante, pero que prendiò fuertemente, a tal punto que sus ediciones se agotaban ràpidamente. Debido a la difusiòn de este folletìn, todos al referirse sobre el tema anteponìan el artìculo femenino como lo hacìa la susodicha publicaciòn. No debe asombrarnos demasiado, ya que era comùn decir "la" calor.


En el mes de abril, el Dr. Porro de Somenzi, director del Observatorio Astronòmico de La Plata, que depende de la universidad local, hace declaraciones muy alarmistas y preocupantes, a tal punto que el consejo acadèmico universitario decide destituirlo, asumiendo ese cargo de manera interina el padre Fortunato Devoto, quien de inmediato, en su doble condiciòn de cientìfico y religioso, trata de llevar tranquilidad. Son muchas las entrevistas periodìsticas que se le hacen a Devoto, quien pasa a ser el vocero de los que descreen del inminente final.


El temor no hace diferencias entre las clases sociales, si bien era mas amplio entre las mas bajas. El entonces presidente del Jockey Club, don Benito Villanueva, en una entrevista que le hace la revista La Familia, dice que si bien ahora hay algunos cientìficos que niegan la posibilidad del desastre, es bastante frecuente que estos se equivoquen y por lo tanto hay que estar preparados.


Muchos se asustaron, mientras que otros pretendieron hacer grandes negocios vendiendo refugios bajo tierra, hermèticos trajes de caucho, y una serie estrafalarios artìculos o servicios que algunos inocentes llegaron a comprar.


Entre los oportunistas estaba el famoso farmacèutico porteño Diego Gibson, que una vez mas inventaba una gragea salvadora que mejorarìa la respiraciòn y eliminarìa las jaqueqas que pudieran producir los gases tòxicos emanados por la cola del cometa. Este boticario merece un pàrrafo aparte, durante dècadas publicò avisos en las revistas Caras y Caretas, P.B.T., y El Mosquito, siempre promocionando productos de su invenciòn, sus gragèas, tònicos, emulsiones, cremas y jabones, servìan para curar la impotencia (compitiendo con los bragueros elèctricos tan en boga en esos remotos tiempos de la era la era pre viagra) (**), calvicie, artritis, asma, insomio, reuma, digestiòn, psoriasis, "almorranas" y un montòn de cosas mas, entre ellas "las enfermedades vergonzantes". Pero su invento mas recetado por los galenos era la "Pepto Cocaina Gibson" infalible para el dolor de estòmago. Estos productos solo podìan conseguirse en su farmacia de la calle Florida, pero como era buen samaritano no desatendìa a quienes vivìan lejos y hacìa envios al interior contra reembolso. A pesar de lo disparatado de sus propuestas, existìa una sociedad crèdula que le permitiò enriquecerse muy ràpidamente.


No fue el ùnico, otros con menos suerte, terminaron presos como podràn ver en el adjunto.Y finalmente, como era de esperar, no pasò nada. Pero esa noche a las doce en punto comenzò a sonar la sirena del diario La Prensa anunciando que el dìa habìa terminado, todo el mundo respirò tranquilo y muchos salieron a festejar, en Buenos Aires se colmò la Avda. de Mayo, pero no tuvieron en cuenta un pequeño detalle, dado que por una cuestiòn de husos horarios, la fecha aùn estaba vigente en otros territorios. Ese mismo dìa, pero unas horas antes, tambien sonaron las sirenas de La Prensa anunciado el arribo de la Infanta Isabel de Borbòn.